CLICK HERE FOR THOUSANDS OF FREE BLOGGER TEMPLATES »

19/6/08

Del color y una que otra hierba





Hallabame yo preparando uno de tantos mensajes texto que suelo enviar al motivo de mis motivaciones... cuando la vibra repentina me indica nuevamente que mahoma y la montaña prefirieron encontrarse a mitad de camino sin acuerdos previos...




No es necesario ser telepata...

Aunque conozco un par que juran serlo...

Pero esos son otros cuentos...

(no aptos para sensatos)




Por cuestiones de narratividad esta demas decir que yo soy la montaña... y antes de que asientan desgraciados... no lo digo por mi peso...


Mahoma llegó cuando no quería creer en profetas ni mucho menos en el utópico cuento de la salvación que de tantos usos, desgastado y en jirones hoy me habla y me dice: "hermana, donde has estado?".




Será que nunca es tarde para los descarriados de corazón???


Jajajaja.




Oficialmente he dado inicio a una nueva, temible y medianamente esperada etapa de mi vida. A exactamente una semana de tener 28 periodos de 365 días en mi haber... vuelvo a pintar pastel los labios que compraron ilusión N veces por una vida... vuelvo a mirar al cielo rebuscando las gotas que ame desde que tengo memoria (y que recientemente hallo con demasiada frecuencia, mmm... peculiar invierno), y vuelvo a ser ingenua al menos 3 horas por cada 24.




Y que mas da si se admite...


Que se puede ser a pesar de todo...


Azul pastel...




pd: mil perdones por no poder silenciarme... espero no herir ninguna suceptibilidad...



5/6/08

Ponchando globitos




Una vez cuando yo era muy pequeñita, recuerdo hallarme con mi padre querido en el parque Kennedy, así como recuerdo también la alegría enorme que me produjo el que de pronto acabara entre mis dedos el fino hilo que sujetaba al globo que con terquedad ansiosa hacía arriba pujaba.


Y pujaba


Y pujaba


Hasta que se fue…


Y como yo desde pequeña siempre fui así como hasta ahora, no dije nada ni llore… pero no quise saber de globos por mucho tiempo. Mi padre que me conocía mejor que nadie, nunca me preguntó nada y comenzó a regalarme helados “…porque estos siempre se caen para abajo… y al menos vez como solitos se hacen mierda…” . Mi niñez probablemente no fue la mejor de todas, pero tuvo matices peculiares e inolvidables. Mi padre fue mi primer mejor amigo y él a sabiendas de que inevitablemente seguiría sus pasos, hacía hasta lo imposible para que ello no pasara… el problema es que nunca pudo terminar el trabajo… y ahora soy solo una mitad pecosa.


E igualmente fabrico globos,


los dejo escapar para que vayan derechito al cielo.


No se si para devolver favores,


aunque para quedar bien con el lector podría decir que si.


Hace poco en algún momento que no puedo determinar… alguien me regalo un globito. Este era pequeño, de dos colores: uno bien pastel y el otro muy oscuro. Era de un diseño sencillo pero atrayente… y me gusto tanto que me lo lleve a casa.


Y volví a jugar con alegría inocente después de mucho mucho tiempo… llegue a pensar que podría quedarme así… y volver a ser una niña…


Pero como los cuentos están hechos para leerse y no para vivirse… este minusculo ser se olvido de todas las demás cosas, y fue así como sin darme cuenta de pronto apareció la sombra de la navaja que pretendió acabar con mi pequeña alegría…


Por ello el globo es ahora más pequeño…


...porque tiene un agujerillo.


Si hiciera cuenta de los valores personales que ya han sido agujereados por las casualidades de la vida, tendría que fabricar cantidades de posts, amanecerme y tomar lo que escribo un poco mas en serio.


Algo que no pienso hacer…


Porque tampoco tendría sentido hacerlo.


El globillo ha sido guardado en la cajita de siete llaves, pues temo que por alguna maniobra de mas este acabe abruptamente… y una explosión no es un buen final…


Esto si lo digo respaldada por la experiencia.


Al menos de entre las pocas cosas rescatables de la vida de un energumeno, se puede decir que la experiencia queda y sabe hacer muy amenas las cosas. Nunca he negado el hecho de que me he divertido a costa del resto como he querido, y es por ello que no pretendo reclamar "justicia", pues de escucharse mi reclamo acabaría aplastada por una turba furiosa que no dejaría de decirme frases por demas ridiculas.


Esa es la gran y temible verdad, por encima de todos los cuentos infantiles que se me antojen escribir, estaré por demas agradecida con la supranaturalidad si es que sigo recibiendo globillos asi de hermosos... pero en realidad no tendría porque sorprenderme si algún día todo vuelve a oscurecerse y los circulos pretendan cerrarse de nuevo.



Cosas que no deben pasar...



Pero que fungen bien como castigo.