Las anunciadas ocupaciones y todo lo demás también ya sabido… éramos un poco tristes antes de ser lo que ahora somos… y ayer mientras observaba la escena, nuestra escena, entendí un par de cosas que solía pensar en evasiva…
Tantos puertos…
Y los viajeros tienden a cansarse…
(posiblemente como todo el mundo)
Los marineros suelen hablar en cuanto pisan tierra, de los terrores que azotan los mares lejanos… posiblemente sin haberlos visto, mucho menos sin haberlos enfrentado… en lo personal he de comentar sin animo de jactarme que me las he visto con un par de esos temibles, y desde un punto de vista medianamente sarcástico, no son tan tanto lo que se dice… por ultimo podría ser que los mayores monstruos a los cuales temieramos enfrentarnos acabaran por ser nuestros propios miedos, y con ellos a las leyendas que construimos para protegerles…
Ayer a través de sus ojos… comprendí eso…
… Y sentí el peso de los años, el cansancio de los viajes, las cuarteaduras en el rostro, el dolor en las heridas y la sed… desdichada sed…
El invierno me invito una bebida de oscuro color en cuya etiqueta decía “light”… y la sed agonizó sin hacer mucho escandalete… supongo que porque no le quedó de otra, supongo que porque desde antes ya estaba sobrando.
Como muchas otras cosas…
Desde que entendí “eso”…
Que cuando llegas al punto en el que pensaste mucho y sientes que hasta te creció el cabello por la sobrecarga de ideas (no se si ustedes lo sientan, pero yo si), procedes luego a laxarte y a visualizar cosas que juntas no forman nada.
Ayer llegue a dos conclusiones...
Y me di vacaciones por el resto del día...
Hasta que vuelva a subir a mi barco...
o hasta que este se aburra de esperarme...
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